"El problema con muchos cristianos es que no tienen su corazón en el señor. No entienden el poder que hay en la Palabra y la autoridad que hay en nosotros. Cuando viene el síntoma se atemorizan y en vez de tirarse al suelo y reclamarle a Dios su promesa; en vez de proclamar la palabra y visualizar a Cristo en la cruz, visualizar en el cuerpo del Señor esa enfermedad y pelear contra el diablo con la autoridad de Cristo, y ganar la batalla.
¡Y honrar a Dios con su victoria!