¡Hija de Dios!
¡Hijo de Dios!
¡TÚ ERES TEMPLO DEL DIOS VIVIENTE!
¡Qué maravilla!
¡Que LA PRESENCIA DE DIOS!
¡VIVA EN TI!
¡VIVA EN MI!
"... y haremos con él morada."
Así, Él empieza a moldear nuestro ser,
A su imagen,
A su medida:
"A LA ESTATURA DE LA PLENITUD DE CRISTO"
"hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe
y del conocimiento del Hijo de Dios,
a un varón perfecto,
a la medida de la estatura
de la plenitud de Cristo;"
Efesios 4:13
"Y el mismo Dios de paz
os santifique por completo;
y todo vuestro ser,
espíritu,
alma
y cuerpo,
sea guardado irreprensible
para la venida
de nuestro Señor Jesucristo."
1 Tesalonicenses 5:23