martes, 24 de septiembre de 2024

¡INTIMIDAD CON DIOS! Eso quiere de nosotros su Pueblo

Venia estudiando Cantar de los cantares, y en cada uno de sus capítulos encontramos tantas enseñanzas que nos hablan del amor del Novio Jesús hacia su novia ¡Hermoso! 

Hasta que llegue al capítulo siete, comencé a pedir  dirección al Espíritu Santo, estaba esperando su enseñanza hasta que llegó y esto fue claramente lo que recibí de Él en mi espíritu: "Intimidad con Dios", es lo que Dios anhela, que tengamos ese tiempo especial con Él donde no haya interrupciones, ni estemos pendientes de nada sólo de entrar a su presencia, en ayuno, en gran clamor  rindiéndonos totalmente a Él, poniéndonos en sus manos para ser examinados y redar-guidos de todos nuestros pecados y podamos confesarlos en genuino arrepentimiento y ser así transformados, moldeados a su imagen y semejanza, y podamos decir como dice en el versículo 10:

¡Yo soy de mi amado,
Y conmigo tiene su contentamiento!


Cantar de los Cantares
(Capítulo 7)

¡Cuán hermosos son tus pies en las sandalias,

Oh hija de príncipe!

Los contornos de tus muslos 
son como joyas,
Obra de mano 
de excelente maestro.
Tu ombligo como una taza redonda
Que no le falta bebida.
Tu vientre como montón de trigo
Cercado de lirios.
Tus dos pechos, como gemelos de gacela.
Tu cuello, como torre de marfil;
Tus ojos, como los estanques de Hesbón junto a la puerta de Bat-rabim;
Tu nariz, como la torre del Líbano,
Que mira hacia Damasco.
Tu cabeza encima de ti, 
como el Carmelo;
Y el cabello de tu cabeza, como la púrpura del rey
Suspendida en los corredores.
      
¡Qué hermosa eres, 
y cuán suave,
Oh amor deleitoso!
Tu estatura es semejante
 a la palmera,
Y tus pechos a los racimos.

Yo dije: Subiré a la palmera,
Asiré sus ramas.
Deja que tus pechos 
sean como racimos de vid,
Y el olor de tu boca 
como de manzanas,
Y tu paladar como el buen vino,
Que se entra a mi amado suavemente,
Y hace hablar los labios de los viejos.
10 Yo soy de mi amado,
Y conmigo tiene su contentamiento.
11 Ven, oh amado mío, 
salgamos al campo,
Moremos en las aldeas.
12 Levantémonos de mañana
 a las viñas;
Veamos si brotan las vides, 
si están en cierne,
Si han florecido los granados;
Allí te daré mis amores.
13 Las mandrágoras han dado olor,
Y a nuestras puertas 
hay toda suerte de dulces frutas,
Nuevas y añejas, que para ti, oh amado mío, he guardado.

 

Libro Cantar de los cantares para la gloria y alabanza de Dios, revelada a su iglesia a través del maravilloso Espíritu Santo
 Capítulo 7:1-13 Reina-Valera 1960

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