“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de
mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”
Es el llamado que el Señor Jesús, nos hace de una manera profunda para que nuestro ser, se rinda por completo a ÉL.
ÉL QUIERE TODO NUESTRO SER en ¡UN PRIMER AMOR¡
“El verdadero cristianismo consiste en una entrega absoluta al Señor Jesucristo...
El Salvador no está buscando personas que le
dediquen sus tardes libres, sus fines de semana o sus años de jubilados. Él
busca personas dispuestas a darle el ¡PRIMER LUGAR EN SU VIDA!
…hombres y mujeres que
individual y espontáneamente se consagran a su servicio por haber reconocido que Él necesita personas dispuestas a seguir en el sendero de la negación personal por el que Él caminó primero.”
“…El amor Divino tan maravilloso no puede ser satisfecho con algo
menos que la entrega de nuestra vida,
nuestra alma, nuestro todo...”
¡¡¡Aleluya!!!
“El Señor Jesús
planteó exigencias rigurosas a los que iban a ser sus discípulos, demandas que han sido totalmente olvidadas en estos
días de vida materialista”
"Negarnos a nosotros mismos", no hay la mas mínima ambición para la vida de un VERDADERO DISCÍPULO DE JESÚS, sino el gozo y la satisfacción que produce el ser ¡¡¡UN PORTADOR DE SU GLORIA!!!, ¡ALELUYA!
Pues en el ser de un verdadero discípulo de Jesús habita el mayor de los TESOROS, la preciosa presencia de la GLORIA DE DIOS, ¡JESÚS!, ¡¡¡Aleluya!!!
Y su anhelo y cuidado es que esa preciosa presencia, de la gloria de Dios, no abandone SU TEMPLO, por ellos se santifica y se separa del mundo.
Pues en el ser de un verdadero discípulo de Jesús habita el mayor de los TESOROS, la preciosa presencia de la GLORIA DE DIOS, ¡JESÚS!, ¡¡¡Aleluya!!!
Y su anhelo y cuidado es que esa preciosa presencia, de la gloria de Dios, no abandone SU TEMPLO, por ellos se santifica y se separa del mundo.
“Si
alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo...” Mateo 16:24
... las palabras del Señor
Jesús, son bastante claras. No hay el más
mínimo lugar para malinterpretarlas si las aceptamos en su verdadero valor.
Estas son las condiciones del discipulado tal como las dio el Salvador del mundo:
1. Un amor supremo por Jesucristo
“Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y a madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas...
y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14:26)
“Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y a madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas...
y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14:26)
Esto no quiere decir que debamos tener indisposición o
mala voluntad en nuestro corazón hacia nuestros familiares, sino que nuestro amor a Cristo debe ser tan denotado que en comparación,
todos los demás quede eclipsado, y no haya la mas
mínima comparación.
Es tanto el anhelo
de su presencia de su amor que los otros sentimientos humanos quedan relegados.
El Señor Jesús, no quiere el cincuenta por ciento de nuestro ser, ÉL QUIERE TODO NUESTRO SER ¡RENDIDO A ÉL¡ en ¡UN PRIMER AMOR¡
EL LO ENTREGO TODO POR CONQUISTAR EL AMOR DE SU NOVIA
¡¡¡RÍNDETE A ÉL!!!
...continuará
(Fragmento del capítulo 1 del Libro “El verdadero
discipulado” William Mc Donald)
¡Dios nos siga bendiciendo con su precioso amor!