martes, 13 de noviembre de 2012

¡PARA SUBIR CON JESÚS NECESITAS EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU SANTO ¡

LA LLENURA DEL ESPÍRITU SANTO
La llenura del Espíritu Santo, es vital para irnos con Jesús en el rapto,  pues ella impartirá a tu vida el poder de Dios, la presencia preciosa de Jesús en tu ser reinando.
Necesitamos esa llenura para que seamos antorchas vivas, alumbrando el camino de nuestro salvador. 
Recordemos que Dios se especializa en aquellos que le buscan de todo corazón, dándole el primer lugar en sus vidas.
Vemos  el impacto que causo el bautismo del Espíritu Santo en la vida de los discípulos de Jesús,  marcando la diferencia del antes y después en sus vidas.
Luego de recibir esta promesa en su ser, se transformaron en denodados predicadores de las buenas nuevas del Salvador, fueron de gran bendición para la obra de Dios. La fe de ellos, luego de recibir el impacto glorioso del Espíritu Santo, se fortaleció en gran manera. Fueron  revestidos del poder de lo alto. Así comenzaron a anunciar el evangelio del Señor Jesucristo, con poder y gloria.
¡Felipe fue llevado por el Espíritu Santo al encuentro del etíope!
Leamos juntos estos pasajes maravillosos, desde que Jesús, les anuncia el cumplimiento de esta promesa, para su iglesia en el evangelio de Lucas:
"He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto" Lucas 24:49

 "Ellos, después de haberle adorado, volvieron a Jerusalén con gran gozo;   y estaban siempre en el templo, alabando y bendiciendo a Dios. Amén."  Lc 24:52, 53

Vemos pues la obediencia de los discípulos a la instrucción que Jesús les dio: "... quedaos en Jerusalén hasta que sean investidos de poder desde lo alto" , ellos estuvieron reunidos en el templo, alabando y bendiciendo a Dios, esperando en esta forma, la promesa del bautismo del Espíritu Santo, anhelando su llenura e investidura de poder de lo alto. Cuando estuvieron en unidad, en sumisión, alabando y bendiciendo a Dios, anhelando ser investidos de poder desde lo alto así recibieron la llenura del maravilloso Espíritu Santo:

"Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen
Hechos 2:  1-4
¡Busquemos esa llenura del Espíritu Santo, pues esa es la voluntad del Padre, y ella producirá frutos en abundancia, para la gloria de Dios! ¡El reto nuestro es irnos con Jesús en el rapto!


El bautismo del Espíritu Santo, es la experiencia más maravillosa después de nuestra salvación y tiene que ser seguida a la conversión
Él nos capacitará día, a día, enseñándonos las verdades divinas de la palabra de Diosinteriorizando dichas verdades en nuestro ser, formándonos a la imagen de Jesús.
Él es una PERSONA, especial, ¡Es SANTO!, fiel, lleno de paz, amor, gozo...Él nos lleva al conocimiento de la VERDAD, nos llevó a los pies de Cristo, nos guía a orar...cada vez que tenemos hambre de la palabra de Dios, es él moviéndonos a lo que nos conviene.
Él nos consuelo en momentos de aflicción, nos anima, nos conforta cuando entramos en oración pues ahí el intercede por ti, con gemidos indecibles, con lenguas, con quebranto ¡ALELUYA!
¡¡¡PRECIOSO ESPÍRITU SANTO!!!
 ¡Desarrolla una comunión con él, y déjate guiar por él¡
¡Es algo maravilloso un privilegio inmerecido que nuestro ser sea habitación del Espíritu Santo!
Por ello, pide al Padre, en nombre de Jesús, ese bautismo, en todo momento, perseverando, hasta recibirlo, si de verdad anhelas las riquezas inconmensurables de Cristo, ¡Santifica tu vida! vive conforme a la palabra de Dios; ora en todo tiempo, sin cesar y recibirás, la promesa del Padre, el bautismo en tu vida del Espíritu Santo.
No descuidemos una salvación tan grande y preciosa, busquemos la llenura del Espíritu Santo. 
¡Bendiciones!