Un 25
de julio del año 1961 alrededor de las 02:30, en Winnipeg, Canadá, Dios le dio esta visión de la RESTAURACIÓN DE LA IGLESIA ANTES DE LA VENIDA DE CRISTO, a su siervo el profeta y evangelista Tommy Hicks :
“...Quedé tan perturbado y conmovido por la
revelación, que cambió mi perspectiva global del cuerpo de Cristo y del
ministerio del tiempo del fin. Los mayores regalos que le hayan sido dados a la
iglesia de Jesucristo están aún por venir.
No pude comprender la
totalidad de la visión hasta que leí Joel
2:23:
“Alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios, porque
os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros
lluvia temprana y tardía como al principio”.
No solo enviará Dios la lluvia temprana y tardía, sino que va a dar a su pueblo una doble porción de
su poder en estos últimos días.
Cuando se me apareció la visión me hallé de
pronto a gran altura. cuando de pronto el mundo entero estaba a la vista:
Cada nación, cada pueblo, cada
lengua, desde el este y el oeste, desde el norte y el sur. Estaba en pie, temeroso y temblaba mientras
contemplaba el gran panorama ante mí. En ese momento comenzaron los relámpagos
y truenos.
EL GRAN GIGANTE
DORMIDO
Mientras los relámpagos
iluminaban la superficie de la Tierra, bajé mis ojos. De pronto contemplé lo
que parecía ser un gigante que miraba fijamente. Era inmenso, sus pies parecían
tocar el polo norte y su cabeza el polo sur, sus brazos se estiraban de mar a mar.
No sabía si era una montaña o un gigante. Al fin vi que era un gigante que
luchaba por la vida...
...¡Por vivir! Su cuerpo estaba
cubierto de escombros de la cabeza a los pies y a intervalos movía su cuerpo y
parecía que iba a incorporarse. Cuando lo hacía, miles de pequeñas criaturas
escapaban de su cuerpo, espantosas criaturas que, cuando el gigante se
aquietaba, regresaban a él.
De pronto este gigante levantó una mano hacia
los cielos, y luego otra.
Lentamente comenzó a
levantarse y al hacerlo su cabeza y sus manos quedaron entre las nubes-. Cuando se puso de pie se
desprendió de los escombros y de la suciedad que lo cubría y
comenzó a levantar sus manos a los cielos, mientras alababa al Señor
De pronto cada nube se volvió
plata, la más hermosa plata que yo había visto jamás. El fenómeno era tan
grandioso que no podía ni siquiera comenzar a comprender lo que todo ello significaba.
Sumamente perturbado, lloré y dije: “Oh Señor, ¿qué significa esto?”, y sentí
como si realmente estuviera en el espíritu y en la presencia del Señor...De pronto de aquellas nubes
cayeron grandes gotas de luz líquida, llovía sobre el poderoso gigante y
lentamente el gigante comenzó a fundirse como si penetrara en la Tierra misma.
Mientras se disipaba su silueta, parecía fundirse sobre la faz de la Tierra.
Esta gran lluvia comenzó a caer. Gotas de luz líquida comenzaron a inundar la
misma Tierra. Repentinamente, el
gigante que parecía fundido se transformó en millones de personas en todo el
mundo. Mientras yo contemplaba la visión, esta gente se puso de pie, levantaban
sus manos y alababan al Señor.
En ese momento vino un gran trueno que pareció
rugir desde los cielos. Dirigí mis ojos al cielo, y de pronto vi una figura de
blanco resplandeciente -el ser más
glorioso que yo haya visto jamás en toda mi vida-. No vi su rostro, pero de alguna
manera supe que era el Señor Jesucristo. Él extendía su mano
a uno y otro lado. Mientras lo hacía a pueblos y naciones...
...a hombres y mujeres,
señaló hacia ellos y esta luz líquida pareció fluir de sus manos sobre la gente, y una poderosa unción vino sobre ellos...
... y entonces comenzaron a salir en el nombre del Señor. ¡Aleluya! (El último avivamiento)
¡ALELUYA!
INCREÍBLEMENTE LA UNCIÓN ES RECHAZADA
POR ALGUNOS.
No sé cuánto tiempo lo miré.
Parecieron ser días, semanas y meses. Yo contemplaba a este Cristo y mientras
Él continuaba extendiendo su mano, ocurrió una tragedia. Había mucha gente que rechazaba la unción de
Dios y el llamado del Señor. Vi hombres y mujeres que conozco, gente
que he creído con certeza que tenían el llamado de Dios, pero mientras Él
extendía su mano hacia uno y otro lado, ellos simplemente agachaban la cabeza y
se alejaban...
Cada persona que bajaba su cabeza y le daba la espalda se alejaba
y parecía entrar en la oscuridad. Las tinieblas los tragaban en todas partes.
¡Yo estaba perplejo mientras miraba!
La gente a la que Él había
ungido cubría la Tierra. Había cientos de miles de
personas en todo el mundo: en África, Asia, Rusia, China, América
La unción de Dios estaba sobre esta gente mientras
ellos marchaban en el nombre de Jesús. Había cavadores de zanjas,
mujeres de limpieza, hombres ricos, hombres pobres. Vi gente herida con
parálisis, enfermedades, ceguera y sordera. Según el Señor extendía su mano
para darles la unción, ellos se ponían bien, se sanaban y se marchaban. Este es el milagro. El glorioso milagro.
Esta gente extendía sus manos exactamente como el Señor lo hacía y el mismo
fuego líquido estaba en sus manos. Mientras las extendían, decían “¡sé sano!”.
Yo no me daba cuenta
enteramente de lo que pasaba. Miré al Señor y dije: “¿Cuál es el significado de esto?” Él dijo: “Esto es lo
que haré en los últimos días. Y restauraré todo lo que la oruga, el pulgón y el
gusano han destruido. Este, mi pueblo en el tiempo final, marchará como un
poderoso ejército. Ellos cubrirán la faz de la Tierra”.
Mientras me encontraba a una
gran altura, pude contemplar el mundo entero y veía toda esa gente yendo y
viniendo sobre la faz de la Tierra. Un
hombre desde África sería transportado en un momento por el Espíritu de Dios a,
tal vez Rusia, China, América o a algún otro lugar, y viceversa. Esta gente iba por todo el mundo, a través de fuego,
pestilencias y hambre Nada, ni el fuego o persecuciones parecía detenerlos.
HOMBRES MUY
ENCOLERIZADOS
Encolerizadas multitudes venían hacia los
ungidos con espadas y pistolas, y como Jesús, pasaron entre la multitud y no
pudieron encontrarlo.
Los consagrados iban a todas partes extendiendo
sus manos en el nombre del Señor. Multitudes marchaban adelante como el
ministerio de Cristo de los últimos tiempos y ministraban a la muchedumbre
sobre la Tierra.
Decenas de miles, incluso millones, parecían venir al Señor
Jesucristo cuando esta gente se paraba delante de ellos y daban el mensaje de
la venida del reino. ¡¡¡Fue tan glorioso!!!
Parecía que estaban aquellos que se
revelaron y se enfurecían, y trataban de atacar a los obreros que daban el
mensaje.
Dios está dando al mundo una
demostración en la última hora, tal como nunca se ha conocido antes.
Estos hombres y mujeres eran todos de un estrato social. Las
jerarquías no significaban nada.
Cuando uno parecía tropezar y caer, otro venía y lo
levantaba. No había ninguna actitud “yo” grande, “tu” pequeño.
Cada monte era echado abajo y
cada valle era exaltado. Parecían tener una cosa en común, un amor divino fluía
delante de esta gente mientras andaban juntos, trabajaban juntos y vivían
juntos. Era el tema de sus vidas.
Cuando los días pasaron, parado y contemplando
la visión, solo pude llorar, y algunas veces reír. ¡Tan maravilloso era ver a
esta gente yendo a través del mundo entero para mostrar el poder de Dios en el
tiempo final!
Mientras
yo miraba desde el mismo cielo, había veces cuando grandes diluvios de esta luz
líquida parecía caer sobre grandes congregaciones.
Ellas levantaban sus manos y
alababan a Dios por lo que parecían ser horas e incluso días, mientras el
Espíritu de Dios venía sobre ellos. Dios dijo: “Yo derramaré mi Espíritu sobre toda carne”
Esto era exactamente lo que
estaba haciendo. Desde cada hombre y cada mujer que recibía este
poder y unción de Dios, sus milagros fluían continuamente.
De pronto hubo otro gran ruido
de trueno que pareció resonar por todo el mundo. Otra vez escuché la voz que
decía: “Ahora este es mi
pueblo, esta es mi amada novia” Cuando la
voz habló y miré sobre la Tierra, pude ver los lagos y montañas, las tumbas
fueron abiertas en todo el mundo...
...los santos de todas las épocas parecían
levantarse, venían de todas direcciones y parecían formar otra vez el cuerpo
gigantesco. Los muertos en Cristo se levantaban primero, pero difícilmente pude comprenderlo.
¡Era tan maravilloso y tan lejos de todo lo que yo
pude soñar o pensar!
El inmenso cuerpo comenzó a
formarse como un poderoso gigante, pero esta vez fue diferente. Estaba ataviado
de hermoso y magnífico blanco.
Sus vestidos eran sin mancha
ni arruga, mientras el cuerpo se formaba con la gente de todas las épocas que
se reunían.
Lentamente desde los
cielos el Señor Jesús se transformó en la cabeza.
Escuché otra voz de trueno
que dijo: “Esta es mi novia amada por la que yo he esperado, ella saldrá
adelante incluso pasará por fuego. Esta es aquella a la que he amado desde el
principio de los tiempos”.
Mis ojos se volvieron al
lejano norte y vi una gran destrucción, edificios derrumbados...
y hombres y mujeres que lloraban en gran angustia.
Luego oí la cuarta voz que dijo: “Ahora es derramada mi ira
sobre la faz de la Tierra”. Desde todos los
confines del mundo parecían derramarse grandes vasos de la ira de Dios.
Puedo
recordar cuando contemplaba la horrible vista de ciudades y naciones enteras
que se derrumbaban en destrucción.
Pude oír a
la gente llorar, mientras se metían en cuevas, pero las cuevas y montañas se
abrían. Se arrojaban al agua, pero el agua no los hundía. No había nada que
pudiera destruirlos. Aunque ellos deseaban acabar con sus vidas, no lo
conseguían.
La visión que yo había
contemplado era el misterio del final de los tiempos. Nuevamente el 27 de julio
a las 02:30 tuve la misma revelación, la misma visión vino una vez más. Mi vida
cambió al comprender lo que vivía en este tiempo final. No sería doctrina. No
sería “iglesianismo”, sino
Ellos llevarían
la palabra del Señor, como escuché tantas veces en la visión: “De acuerdo a mi
palabra será hecho”.
¡Oh, gentes
escúchenme!: “¡De acuerdo a mi palabra será hecho!” ¡Vamos
a ser vestidos con poder y unción de Dios! No tendremos que dar sermones. No dependeremos del hombre,
tampoco seremos grupos denominacionales, ¡sino que tendremos ¡El poder del Dios
viviente!
No temeremos a ningún hombre
sino que iremos adelante en el nombre del Señor de multitudes.
(Esta fue la tremenda revelación, dada por Dios en la madrugada del 25 de Julio, del año 1961 al hermano Tommy Hicks)
¡¡¡Lo grande se viene, estemos en comunión con nuestro Dios, velando y orando, con gemido, con lloro, con lenguas, humillándonos, para recibir aceite en nuestras lamparas, y en vasijas de reserva también, para que estén bien encendidas, mirando a JESÚS, venga lo que venga, la gloria líquida fluirá por toda la tierra, ¡El grandioso AVIVAMIENTO MUNDIAL SE DARÁ, PARA SU ETERNA GLORIA!
¡¡¡Los mayores regalos que le hayan sido dados a la iglesia de Jesucristo están aún por venir!!!
¡Dios les bendiga grandemente!
Un 25
de julio del año 1961 alrededor de las 02:30, en Winnipeg, Canadá, Dios le dio esta visión de la RESTAURACIÓN DE LA IGLESIA ANTES DE LA VENIDA DE CRISTO, a su siervo el profeta y evangelista Tommy Hicks :
“...Quedé tan perturbado y conmovido por la
revelación, que cambió mi perspectiva global del cuerpo de Cristo y del
ministerio del tiempo del fin. Los mayores regalos que le hayan sido dados a la
iglesia de Jesucristo están aún por venir.
No pude comprender la
totalidad de la visión hasta que leí Joel
2:23:
“Alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios, porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio”.
No solo enviará Dios la lluvia temprana y tardía, sino que va a dar a su pueblo una doble porción de su poder en estos últimos días.
Cuando se me apareció la visión me hallé de pronto a gran altura. cuando de pronto el mundo entero estaba a la vista:
“Alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios, porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio”.
No solo enviará Dios la lluvia temprana y tardía, sino que va a dar a su pueblo una doble porción de su poder en estos últimos días.
Cuando se me apareció la visión me hallé de pronto a gran altura. cuando de pronto el mundo entero estaba a la vista:
Cada nación, cada pueblo, cada
lengua, desde el este y el oeste, desde el norte y el sur. Estaba en pie, temeroso y temblaba mientras
contemplaba el gran panorama ante mí. En ese momento comenzaron los relámpagos
y truenos.
EL GRAN GIGANTE
DORMIDO
Mientras los relámpagos
iluminaban la superficie de la Tierra, bajé mis ojos. De pronto contemplé lo
que parecía ser un gigante que miraba fijamente. Era inmenso, sus pies parecían
tocar el polo norte y su cabeza el polo sur, sus brazos se estiraban de mar a mar.
No sabía si era una montaña o un gigante. Al fin vi que era un gigante que
luchaba por la vida...
...¡Por vivir! Su cuerpo estaba
cubierto de escombros de la cabeza a los pies y a intervalos movía su cuerpo y
parecía que iba a incorporarse. Cuando lo hacía, miles de pequeñas criaturas
escapaban de su cuerpo, espantosas criaturas que, cuando el gigante se
aquietaba, regresaban a él.
De pronto este gigante levantó una mano hacia
los cielos, y luego otra.
Lentamente comenzó a
levantarse y al hacerlo su cabeza y sus manos quedaron entre las nubes-. Cuando se puso de pie se
desprendió de los escombros y de la suciedad que lo cubría y
comenzó a levantar sus manos a los cielos, mientras alababa al Señor
De pronto cada nube se volvió
plata, la más hermosa plata que yo había visto jamás. El fenómeno era tan
grandioso que no podía ni siquiera comenzar a comprender lo que todo ello significaba.
Sumamente perturbado, lloré y dije: “Oh Señor, ¿qué significa esto?”, y sentí
como si realmente estuviera en el espíritu y en la presencia del Señor...De pronto de aquellas nubes
cayeron grandes gotas de luz líquida, llovía sobre el poderoso gigante y
lentamente el gigante comenzó a fundirse como si penetrara en la Tierra misma.
Mientras se disipaba su silueta, parecía fundirse sobre la faz de la Tierra.
Esta gran lluvia comenzó a caer. Gotas de luz líquida comenzaron a inundar la
misma Tierra. Repentinamente, el
gigante que parecía fundido se transformó en millones de personas en todo el
mundo. Mientras yo contemplaba la visión, esta gente se puso de pie, levantaban
sus manos y alababan al Señor.
En ese momento vino un gran trueno que pareció
rugir desde los cielos. Dirigí mis ojos al cielo, y de pronto vi una figura de
blanco resplandeciente -el ser más
glorioso que yo haya visto jamás en toda mi vida-. No vi su rostro, pero de alguna
manera supe que era el Señor Jesucristo. Él extendía su mano
a uno y otro lado. Mientras lo hacía a pueblos y naciones...
...a hombres y mujeres,
señaló hacia ellos y esta luz líquida pareció fluir de sus manos sobre la gente, y una poderosa unción vino sobre ellos...
... y entonces comenzaron a salir en el nombre del Señor. ¡Aleluya! (El último avivamiento)
¡ALELUYA!
INCREÍBLEMENTE LA UNCIÓN ES RECHAZADA
POR ALGUNOS.
No sé cuánto tiempo lo miré.
Parecieron ser días, semanas y meses. Yo contemplaba a este Cristo y mientras
Él continuaba extendiendo su mano, ocurrió una tragedia. Había mucha gente que rechazaba la unción de
Dios y el llamado del Señor. Vi hombres y mujeres que conozco, gente
que he creído con certeza que tenían el llamado de Dios, pero mientras Él
extendía su mano hacia uno y otro lado, ellos simplemente agachaban la cabeza y
se alejaban...
Cada persona que bajaba su cabeza y le daba la espalda se alejaba y parecía entrar en la oscuridad. Las tinieblas los tragaban en todas partes.
Cada persona que bajaba su cabeza y le daba la espalda se alejaba y parecía entrar en la oscuridad. Las tinieblas los tragaban en todas partes.
¡Yo estaba perplejo mientras miraba!
La gente a la que Él había
ungido cubría la Tierra. Había cientos de miles de
personas en todo el mundo: en África, Asia, Rusia, China, América
La unción de Dios estaba sobre esta gente mientras
ellos marchaban en el nombre de Jesús. Había cavadores de zanjas,
mujeres de limpieza, hombres ricos, hombres pobres. Vi gente herida con
parálisis, enfermedades, ceguera y sordera. Según el Señor extendía su mano
para darles la unción, ellos se ponían bien, se sanaban y se marchaban. Este es el milagro. El glorioso milagro.
Esta gente extendía sus manos exactamente como el Señor lo hacía y el mismo
fuego líquido estaba en sus manos. Mientras las extendían, decían “¡sé sano!”.
Yo no me daba cuenta
enteramente de lo que pasaba. Miré al Señor y dije: “¿Cuál es el significado de esto?” Él dijo: “Esto es lo
que haré en los últimos días. Y restauraré todo lo que la oruga, el pulgón y el
gusano han destruido. Este, mi pueblo en el tiempo final, marchará como un
poderoso ejército. Ellos cubrirán la faz de la Tierra”.
Mientras me encontraba a una
gran altura, pude contemplar el mundo entero y veía toda esa gente yendo y
viniendo sobre la faz de la Tierra. Un
hombre desde África sería transportado en un momento por el Espíritu de Dios a,
tal vez Rusia, China, América o a algún otro lugar, y viceversa. Esta gente iba por todo el mundo, a través de fuego,
pestilencias y hambre Nada, ni el fuego o persecuciones parecía detenerlos.
HOMBRES MUY
ENCOLERIZADOS
Encolerizadas multitudes venían hacia los
ungidos con espadas y pistolas, y como Jesús, pasaron entre la multitud y no
pudieron encontrarlo.
Los consagrados iban a todas partes extendiendo
sus manos en el nombre del Señor. Multitudes marchaban adelante como el
ministerio de Cristo de los últimos tiempos y ministraban a la muchedumbre
sobre la Tierra.
Decenas de miles, incluso millones, parecían venir al Señor Jesucristo cuando esta gente se paraba delante de ellos y daban el mensaje de la venida del reino. ¡¡¡Fue tan glorioso!!!
Decenas de miles, incluso millones, parecían venir al Señor Jesucristo cuando esta gente se paraba delante de ellos y daban el mensaje de la venida del reino. ¡¡¡Fue tan glorioso!!!
Parecía que estaban aquellos que se
revelaron y se enfurecían, y trataban de atacar a los obreros que daban el
mensaje.
Dios está dando al mundo una demostración en la última hora, tal como nunca se ha conocido antes.
Estos hombres y mujeres eran todos de un estrato social. Las
jerarquías no significaban nada.
Cuando uno parecía tropezar y caer, otro venía y lo
levantaba. No había ninguna actitud “yo” grande, “tu” pequeño.
Cada monte era echado abajo y
cada valle era exaltado. Parecían tener una cosa en común, un amor divino fluía
delante de esta gente mientras andaban juntos, trabajaban juntos y vivían
juntos. Era el tema de sus vidas.
Cuando los días pasaron, parado y contemplando
la visión, solo pude llorar, y algunas veces reír. ¡Tan maravilloso era ver a
esta gente yendo a través del mundo entero para mostrar el poder de Dios en el
tiempo final!
Mientras
yo miraba desde el mismo cielo, había veces cuando grandes diluvios de esta luz
líquida parecía caer sobre grandes congregaciones.
Ellas levantaban sus manos y
alababan a Dios por lo que parecían ser horas e incluso días, mientras el
Espíritu de Dios venía sobre ellos. Dios dijo: “Yo derramaré mi Espíritu sobre toda carne”
Esto era exactamente lo que
estaba haciendo. Desde cada hombre y cada mujer que recibía este
poder y unción de Dios, sus milagros fluían continuamente.
De pronto hubo otro gran ruido
de trueno que pareció resonar por todo el mundo. Otra vez escuché la voz que
decía: “Ahora este es mi
pueblo, esta es mi amada novia” Cuando la
voz habló y miré sobre la Tierra, pude ver los lagos y montañas, las tumbas
fueron abiertas en todo el mundo...
...los santos de todas las épocas parecían
levantarse, venían de todas direcciones y parecían formar otra vez el cuerpo
gigantesco. Los muertos en Cristo se levantaban primero, pero difícilmente pude comprenderlo.
¡Era tan maravilloso y tan lejos de todo lo que yo
pude soñar o pensar!
El inmenso cuerpo comenzó a
formarse como un poderoso gigante, pero esta vez fue diferente. Estaba ataviado
de hermoso y magnífico blanco.
Sus vestidos eran sin mancha
ni arruga, mientras el cuerpo se formaba con la gente de todas las épocas que
se reunían.
Lentamente desde los cielos el Señor Jesús se transformó en la cabeza.
Escuché otra voz de trueno que dijo: “Esta es mi novia amada por la que yo he esperado, ella saldrá adelante incluso pasará por fuego. Esta es aquella a la que he amado desde el principio de los tiempos”.
Lentamente desde los cielos el Señor Jesús se transformó en la cabeza.
Escuché otra voz de trueno que dijo: “Esta es mi novia amada por la que yo he esperado, ella saldrá adelante incluso pasará por fuego. Esta es aquella a la que he amado desde el principio de los tiempos”.
Mis ojos se volvieron al
lejano norte y vi una gran destrucción, edificios derrumbados...
Puedo
recordar cuando contemplaba la horrible vista de ciudades y naciones enteras
que se derrumbaban en destrucción.
Pude oír a
la gente llorar, mientras se metían en cuevas, pero las cuevas y montañas se
abrían. Se arrojaban al agua, pero el agua no los hundía. No había nada que
pudiera destruirlos. Aunque ellos deseaban acabar con sus vidas, no lo
conseguían.
y hombres y mujeres que lloraban en gran angustia.
Luego oí la cuarta voz que dijo: “Ahora es derramada mi ira
sobre la faz de la Tierra”. Desde todos los
confines del mundo parecían derramarse grandes vasos de la ira de Dios.
La visión que yo había
contemplado era el misterio del final de los tiempos. Nuevamente el 27 de julio
a las 02:30 tuve la misma revelación, la misma visión vino una vez más. Mi vida
cambió al comprender lo que vivía en este tiempo final. No sería doctrina. No
sería “iglesianismo”, sino
Ellos llevarían
la palabra del Señor, como escuché tantas veces en la visión: “De acuerdo a mi
palabra será hecho”.
¡Oh, gentes
escúchenme!: “¡De acuerdo a mi palabra será hecho!” ¡Vamos
a ser vestidos con poder y unción de Dios! No tendremos que dar sermones. No dependeremos del hombre,
tampoco seremos grupos denominacionales, ¡sino que tendremos ¡El poder del Dios
viviente!
No temeremos a ningún hombre
sino que iremos adelante en el nombre del Señor de multitudes.
(Esta fue la tremenda revelación, dada por Dios en la madrugada del 25 de Julio, del año 1961 al hermano Tommy Hicks)
¡¡¡Lo grande se viene, estemos en comunión con nuestro Dios, velando y orando, con gemido, con lloro, con lenguas, humillándonos, para recibir aceite en nuestras lamparas, y en vasijas de reserva también, para que estén bien encendidas, mirando a JESÚS, venga lo que venga, la gloria líquida fluirá por toda la tierra, ¡El grandioso AVIVAMIENTO MUNDIAL SE DARÁ, PARA SU ETERNA GLORIA!
(Esta fue la tremenda revelación, dada por Dios en la madrugada del 25 de Julio, del año 1961 al hermano Tommy Hicks)
¡¡¡Lo grande se viene, estemos en comunión con nuestro Dios, velando y orando, con gemido, con lloro, con lenguas, humillándonos, para recibir aceite en nuestras lamparas, y en vasijas de reserva también, para que estén bien encendidas, mirando a JESÚS, venga lo que venga, la gloria líquida fluirá por toda la tierra, ¡El grandioso AVIVAMIENTO MUNDIAL SE DARÁ, PARA SU ETERNA GLORIA!
¡¡¡Los mayores regalos que le hayan sido dados a la iglesia de Jesucristo están aún por venir!!!
¡Dios les bendiga grandemente!