(Continuación del fragmento del infierno y los personajes que
pudo observar en ese lugar)
Entonces el Señor me dijo que en aquel
lugar había muchas personas famosas.
- Te voy a mostrar a una persona.
Y me llevó a un lugar donde pude observar a una mujer que estaba entre las llamas siendo atormentada, y
ella gritaba, ella pedía
misericordia.
- Aquella mujer que tú ves allá
entre las llamas es Selena.
Allí empezamos a acercarnos a ella. Y
ella le decía:
- Señor ten misericordia de mí, perdóname Señor, ¡Sácame de este lugar!, se arrepentía en aquel momento.
Y el Señor le dijo:
- Ya es tarde, demasiado tarde,
ya no te puedes arrepentir ahora.
Y ella me miro y me dijo:- Por favor te pido que vayas y le digas a
la humanidad, pero por favor no calles, háblales; ve y diles que no vengan a
este lugar, ve y diles que no escuchen mis canciones, que no canten mis
canciones
- ¿Por qué me dices eso? ¿Por qué quieres que
yo vaya y diga eso?
- Porque cada vez que cantan y escuchan
mis canciones ¡Me atormentan aún más! y
esas personas que cantan y escuchan vienen caminando a este lugar, ¡Por
favor ve y diles! ¡Ve y diles que el
infierno es real!
Y los demonios le tiraban desde muy lejos
lanzas, y caían en su cuerpo y ella decía. ¡Ayúdame Señor!
¡Ten misericordia de mí
Señor!, y lloraba
Y el Señor le dijo: ¡Ya
es tarde!
Y cuando de pronto miro a lo lejos en
aquel lugar donde estaban todos los cantantes, los artistas que ya han muerto,
lo que ellos hacían era cantar y cantar y no dejaban de cantar.
Jesús me dijo:
- Hija aquellas personas que están en este
lugar, lo que hacían en la tierra, lo tienen que volver hacer aquí si no se han
arrepentido.
En ese instante miro hacia lo lejos y veo
un sin número de demonios que hacían una especie de lluvia, y yo le dije: -Señor que es eso que estoy viendo. Y yo pensé que estaba lloviendo de
verdad.
Y veo que las personas corrían, todas las
personas que estaban entre las llamas corrían hacia la lluvia.
Y de pronto ellos comenzaban a gritar,
decían: ¡No!, gritaban y decían ¡Ayúdame Señor!, (porque a lo lejos
ellos podían ver que allí estaba el Señor) ellos decían: ¡No eso no puede ser!
y lo demonios comenzaban a reírse y yo decía que pasa y cuando miro las llamas
de ellos comenzaron a multiplicarse, los gusanos se multiplicaban en ellos; y
lo que pasaba era que no era ninguna agua, sino que era azufre, el cual
multiplica la llama y atormenta más a las personas. Y los demonios se reían y burlaban y
les decían: ¡Alaba y adora
porque este es tu reino! ¡Este es
tu reino por los siglos de los siglos! Les decían los demonios. El Señor me dijo: Esa es la paga de
los que no se han arrepentido.
Después me llevó a un lugar
donde había un hombre conocido. Cuando
el papa Juan Pablo II murió, mis amigos y primos me decían que él fue al cielo
y en los comentarios de la tele y en tantas cosas que salían en las revistas
decían que el Papa Juan Pablo II falleció, que en paz descanse, que ahora ya
está gozando con el Señor y los ángeles en el cielo y yo me creía todo eso,
pues yo me engañe a lo que decía la gente.
Cuando de pronto veo un hombre que estaba
todo atormentado, en aquellas llamas y veo su rostro, y el Señor me mostro su
rostro, y era el Papa Juan
Pablo II, y el Señor me
dijo.
- Mira
hija, aquel hombre que tú ves allí, es el Papa Juan Pablo II, y él está aquí en
este lugar está siendo atormentado por no arrepentirse.
Y yo le dije: -Señor, y ¿porque él está aquí en este lugar?
Si él predicaba en la iglesia.
Él me dijo:
- Hija porque ningún fornicario,
ningún idólatra, ningún avaro entrara al Reino de los cielos.
Es preciso que prediquemos que sin Jesús,
hay condenación, ¡El infierno es real!
¡El infierno está lleno de almas que la
muerte les sorprendió, sin tener al Salvador y están siendo atormentadas!
¡Solo JESÚS, nos libra de
la condenación eternal!
¡Dios les bendiga!